Ganado tengo el pan: hágase el verso
.
No es, no, la luz del día
La que me llama,
Si no el recuerdo de tus manecitas
En mi almohada.
¡Locuras me hablan! Ellos tienen tu sombra
¡Yo tengo tu alma!
José martí
.
.
Llego la hora la brisa no acaba
Emprendes tu vuelo ya es alborada
tu nombré que llama sonrisa
hija de mi alma XVIII
no son nada
.
La hora pasa y catapulta el destino
La cascara de la nuez
Ya esta en tu camino
Con una chispa de amor
y mi mejor melodía
sembré la semilla
de la mejor de mis obras
.
Tu rodar como el de una sandia
Cuesta abajo y siempre llegar a la cima
Loca, aparentemente sin rumbo
.
He aprendido a confiar en tu andar
Libre, imprudente, osado,
cual cierva en la sábana
.
Hija de mi alma
viene a mi corazón,
esa imagen, esa ilusión
de verte florecer,
en ese valle indiferente
valle de cardo, valle de ortiga
donde solo tu luces cual amapola
Hija, yo contigo no estas sola
.
.
Deseo
Que yo pueda caber con mi verso en tus brazos
sin que afuera se queden ni mi sol ni mi sombra.
Soledad, soledad siempre soñada...
Te amo tanto, que temo a veces
que Dios me castigue algún día
llenándome la vida de ti...
Dulce Ma. Loynas
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Marti and bad co.
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